ANALISIS DE LA INFORMACION
5.b. Conclusiones para todo el período
Los reportes de eventos hidrometeorológicos dañinos, aumentaron de forma sostenida, de un período quinquenal a otro (cuadro #3), entre 1980 y 1998. En ese sentido, el intervalo 1995-1998 (el más reducido de los cuatro), abarcó el 43% de los eventos; el de 1990-1994 alcanzó el 26.6%; entre 1985-1989, 20.6% y de 1980-1984, 10%.
CUADRO #3. CANTIDAD DE EVENTOS POR PERIODO DE ESTUDIO, 1980-1998
FUENTE: DESINVENTAR COSTA RICA, VERSION 5.4
PERIODO
# EVENTOS
INUNDACION
DESLIZAMIENTO
LLUVIAS
VENDAVAL
MAREJADA
FORESTAL
EPIDEMIA
PLAGA
OLA DE CALOR
TEMPESTAD
AVENIDA
SEQUIA
1980-1984
159
74
34
1
27
4
7
1
11
1985-1989
328
123
57
1
48
17
44
35
3
1990-1994
423
231
54
15
34
8
75
4
2
1995-1999
682
400
144
10
28
2
11
45
1
6
26
9
TOTAL
1592
828
289
27
137
23
26
165
47
6
33
11
%
100
52
18,1
1,7
8,6
1,4
1,6
10,3
3
0,3
2
0,7
La diferencia en el reporte de eventos entre San José y Heredia a lo largo del estudio, sugiere que la densidad de población, cuya diferencia favorece a San José con 144 hab/km2 de más, y las formas de ocupación de la tierra, por las relaciones que de ella derivan (comerciales, de servicios, residenciales), han tenido un peso extraordinario en la génesis de eventos hidrometeorológicos dañinos, dado que una y otra son primera y última en cantidad de registros. En medio de esas dos provincias, están las cinco restantes, que con una densidad de población menor que Heredia – a excepción de Cartago -, han reportado muchos más eventos. Guanacaste es la más próxima, y tiene 128 registros contra 78 de la provincia herediana.
Desde el principio las inundaciones se colocaron como el primer tipo de evento en cuanto a cantidad de registros, para cada una de las provincias del país. Sólo en el caso de Alajuela, las epidemias alcanzaron más registros, pero el dato está sesgado por los reportes del cólera que afectó la provincia entre 1990 y 1994.
Se describe un patrón semántico desde el principio, en función de la tipología de eventos que prevalecen sobre el resto (inundaciones, deslizamientos y vendavales); uno espacial, que se modifica en función a los registros, probablemente a causa de deficiencias en la información, pero quizás no responde a la realidad de lo sucedido, especialmente en cuanto a la provincia de Limón, periférica y costera, donde se concentra la mayor cantidad de habitantes de minorías étnicas (indígenas bribris, cabécares y negros). Este patrón atribuye a las provincias el siguiente orden territorial, en función a los reportes de eventos: San José (475), Limón (278), Puntarenas (222), Alajuela (197), Cartago (195), Guanacaste (143) y Heredia (79).
Al final del período de 18 años, a escala provincial, San José y Limón ocuparían los primeros lugares en la contabilidad de eventos, como lo hicieran desde 1985, Heredia sería la que reportase la menor cantidad, junto con Guanacaste. Alajuela y Cartago fueron casi siempre el conjunto intermedio. El caso de Puntarenas es especial, pues fue progresivamente incrementando la cantidad de registros, pero nunca ocupó un lugar destacado. Sería debido a César pero especialmente a Mitch, justo al final del período, que se colocaría tercera a escala nacional. El último evento ENSO, a pesar de su intensidad, registró tan sólo 5 eventos en esta provincia.
En la prevalencia de una fase sobre otra, El Niño ha colmado en un porcentaje mucho mayor que La Niña el total de eventos correspondientes al período estudiado. Esta suma 247 reportes contra 683 de El Niño, pero queda pendiente la evaluación de los daños atribuidos a cada uno de los períodos reportados, para determinar el peso real de ambas fases de ENSO sobre las estructuras socioeconómicas del país.