ANALISIS DE LA INFORMACION
2.a. El período 1985-1989
Apreciado en su globalidad, este quinquenio parece distribuir más equitativamente que el anterior los eventos dañinos de orden hidrometeorológico. Limón apuntaló en estos cuatro años, y seguido de Cartago y Alajuela comparte junto al resto de las provincias un 72% de los registros, contra el 28% restante acaparado por San José (fig.5).
Fig. 5
Hay dos común denominadores respecto del período anterior: la capital mantiene su predominancia en el conteo de eventos, y Heredia, el último lugar. Lo más relevante al respecto, es que ambas son primera y tercera en cuanto a densidad de población en todo el país, con 246 y 102 hab/km2, respectivamente (cuadro # 2), lo que sugiere entre otras cosas, que la diferencia de 144 hab/km2 tiene un peso notorio en la generación e incremento de la vulnerabilidad a fenómenos atmosféricos, así como puede también implicar variaciones sustanciales en las formas de ocupación del territorio entre una y otra provincia, y diferencias originadas en la acumulación de servicios que tiene la capital.
CUADRO # 2. POBLACION DE COSTA RICA POR PROVINCIA
UNIDAD
TERRITORIALEXTENSION
(km2)POBLACION
DENSIDAD POBLACION
(hab/km2)Costa Rica
51,1001
3,367,455
66
San José
4,965.90
1,220,412
246
Alajuela
9,757.53
601,674
61.66
Cartago
3,124.67
378,188
121
Heredia
2,656.98
270,096
102
Guanacaste
10,140.71
266,198
26
Puntarenas
11,265.69
375,639
33.3
Limón
9,188.52
255,248
28
En esa dirección, para la segunda parte del trabajo, que versa sobre la configuración de los riesgos ENSO, deberá revisarse cuál es el peso de la población oscilante, que labora pero no vive en la capital, en cuanto a su estímulo a formas contraproducentes de utilización del espacio, de generación de fuentes o focos de desastre. O visto de otra manera, con la misma cantidad de habitantes, pero sin ser la capital del país, ¿sería San José la provincia más importante en cuanto a generación de formas de vulnerabilidad ante fenómenos de variabilidad climática?, o ¿sería igual si San José, como capital, no estuviera localizada en el Valle Central sino que fuera una provincia costera? ¿Podrían así incrementarse los riesgos ante ENSO?
En el período 1985-1989 octubre fue el mes con más registros, coincidiendo con el mayor pico de lluvia de la época seca del Pacífico y además, con la aparición del huracán Juana, en 1988 (fig. 6 y 7).
Este año ha sido el más cargado de eventos dañinos de naturaleza hidrometeorológica en el período, con 116 en total (cuadro #3). Estos suman un 35% de todos los del presente quinquenio. A ello debe agregarse que entre 1988 y 1989 se registró una Niña que duró un año entero y varió su intensidad entre leve y fuerte.
CUADRO #3. CANTIDAD DE EVENTOS POR PERIODO DE ESTUDIO, 1980-1998
FUENTE: DESINVENTAR COSTA RICA, VERSION 5.4
PERIODO
# EVENTOS
INUNDACION
DESLIZAMIENTO
LLUVIAS
VENDAVAL
MAREJADA
FORESTAL
EPIDEMIA
PLAGA
OLA DE CALOR
TEMPESTAD
AVENIDA
SEQUIA
1980-1984
159
74
34
1
27
4
7
1
11
1985-1989
328
123
57
1
48
17
44
35
3
1990-1994
423
231
54
15
34
8
75
4
2
1995-1999
682
400
144
10
28
2
11
45
1
6
26
9
TOTAL
1592
828
289
27
137
23
26
165
47
6
33
11
%
100
52
18,1
1,7
8,6
1,4
1,6
10,3
3
0,3
2
0,7
Fue precisamente en uno de los dos trimestres más severos de esta Niña, que se produjo el huracán Juana. Su impacto sobre el territorio nacional fue indirecto, pero no por eso reducido: en todo el país hubo varios días de temporal, pero las regiones más afectadas fueron la zona sur de Puntarenas y San José, así como los cantones de Carrillo y Nandayure, en Guanacaste, ambas provincias ubicadas en el litoral Pacífico (Brenes, 1999).
El año 1989 reunió tan sólo 25 eventos, es decir, 7.6% del total. De ellos, 17 fueron tipificados como plagas (68%), y se atribuyeron a la mosca minadora y a ratas. La primera fue detectada en el Valle Central y se trata de un insecto que afecta árboles frutales. La segunda, en el cantón de Cañas, Guanacaste, donde en 9 ocasiones se reportaron plagas de ratas este año, pero no se ha confirmado ninguna relación entre este tipo de plagas y ENSO. Los restantes años representan el 57% del registro, y se distribuyen ese porcentaje de forma bastante equitativa.